Los evangélicos en Chile tenemos presencia desde el siglo XIX en nuestro país, primeramente, con protestantes extranjeros inmigrantes. Y esto, luego de la Independencia chilena y la liberación de la imposición española, la que había mantenido a nuestro país alejado de todas las ideas religiosas que no fueran la Católica Romana.
Así nace la iglesia evangélica en Chile, mayoritariamente constituida por extranjeros, y un mínimo de adherentes criollos en sus comienzos.
Aún considerando esta escasa presencia, es notable que muchos de ellos hayan tenido una participación notoria dentro de la sociedad de la época, y que se hayan visto involucrados en varios aconteceres de nuestra historia nacional.
¿Quiénes fueron ellos?
Joel Robert Poinsett, amigo y embajador de José Miguel Carrera, quien llegado a Chile en 1812 deja su registro de primer protestante manifiesto, a través de un proyecto de constitución que postulaba sigilosamente la legalidad para ingresar otras religiones cristianas al país. Él también participó en la creación de nuestro primer escudo nacional, al cual le dejó impreso la frase calvinista POSTA TENEBRAS LUX: “Después de las tinieblas la luz”.
Diego Thompson, el primer misionero protestante oficialmente ingresado al país en 1821. Llegó a Chile contratado por Bernardo O’Higgins para organizar las primeras escuelas populares. De él son bien conocidas sus labores educativas a través del método lancasteriano de la enseñanza. Pero tuvo otras, como la difusión de la Biblia en castellano y la promoción de inmigrantes europeos de la misma fe.
John Brigham, un continuador de la obra de Diego Thompson en lo que respecta a la difusión de las Escrituras, es también destacado por su labor en escribir cartas constantemente, e incluso viajar al continente europeo, para alentar tanto a iglesias y misioneros extranjeros a venir a Chile para evangelizar.
William Wheelwright, un ingeniero industrial, inmigrante en nuestro país desde 1829. Sus logros fueron muchos, como establecer rutas comerciales marítimas, mejorar puertos, construir el primer ferrocarril que unía Copiapó y Caldera, levantar las primeras minas de carbón, entre otros. Su bolsillo siempre estuvo dispuesto a costear las empresas de la iglesia evangélica, y su mismo hogar se convierte en el depósito de Biblias más grande de Latinoamérica, cuando su hermano, Isaac Wheelwright, es nombrado presidente de las Sociedades Bíblicas Latinoamericanas.
David Trumbull, misionero llegado al puerto de Valparaíso en 1845. Comienza su labor haciendo reuniones privadas en hogares de habla inglesa, y varias veces lo hace a bordo de barcos que arriban al puerto. No muy tarde organiza la Union Church, primera iglesia evangélica en Valparaíso. Sólo en 1855 se les concede construir una capilla, lo más silenciosa y apartada posible según la ley. A pesar de las restricciones, David sigue influenciando a la sociedad, y junto a su esposa levantan en 1891 “La escuela Popular”, hoy “Colegio Presbiteriano David Trumbull”. El Clero Católico se opone, pero tras una investigación el gobierno felicita a David Trumbull por su labor educativa, y se le concede a la vez apoyar otras escuelas en Valparaíso y la región.
Trumbull también invade la prensa escrita, escribiendo editoriales y siendo columnista para varios periódicos de la época, llegando incluso a crear el primer diario evangélico llamado “The Record”. Esto le permitió que sus opiniones allí versadas fueran cruciales para la lucha política sobre la libertad religiosa y de culto. También su amistad con políticos liberales de la época es importante influencia, ya que tras la constitución de 1884 se crea el registro civil, la ley del matrimonio civil y los cementerios laicos.
Juan Canut de Bon, un jesuita que llegado a Chile en 1871 se convierte a la fe evangélica. Tras su impactante conversión, comienza a predicar el evangelio viajando por todo el país, y con un leguaje que lo favorecía por sus raíces de sacerdote católico. Gracias a sus palabras muchos llegaron al conocimiento de Cristo, y fue tan popular que debido a él se apodaron a los evangélicos como “canutos”.
Llegamos al siglo XX, con grandes logros en las libertades políticas, pero aún un bajo porcentaje evangélico, tan solo reducido a un 1% de la población nacional. El crecimiento comenzará ahora, y serán importantes los hechos como el avivamiento de 1909 y la llegada de más iglesias extranjeras a Chile.
Algunas de ellas son la Anglicana y Luterana, que fueron traídas principalmente por las colonias alemanas, húngaras, y de otras nacionalidades europeas, que se asentaron en ciudades como Corral, Valdivia y Osorno, para luego expandirse a otras ciudades y regiones.
Notable es la labor de Henry Weiss, que llegó desde Norteamérica sólo con su esposa y un amigo, para pastorear a colonos alemanes asentados en el sur de Chile. Su obra se extiende y ellos son una de las primeras iglesias protestantes que llevan el evangelio a los nativos mapuches. Fundan la iglesia Alianza Cristiana y Misionera, y poco tiempo después instalan la primera imprenta evangélica en Chile, siendo hasta el día de hoy la imprenta evangélica más prolífera en nuestro país.
Willis Hoover, un Reverendo norteamericano quien había llegado a Chile en 1889, es promovido en 1902 de la iglesia Metodista de Iquique a la de Valparaíso. Enterado de otros avivamientos alrededor del mundo, Willis Hoover es un hombre que busca la presencia de Dios. Con su llegada a la iglesia en Valparaíso, la hermandad comienza a entrar en ese mismo anhelo, y en los años siguientes experimentarían varias cosas inéditas dentro de sus reuniones y tiempos de oración; como sanidades, el hablar en lenguas, las risas, las danzas, y otros hechos sobrenaturales que describían el bautismo y la obra del Espíritu Santo. Mucha gente se convirtió ante estas cosas que veían, pero la denominación “Metodista Episcopal” se vio incomodada por tales sucesos, y finalmente surgió de ella una nueva denominación llamada “Pentecostal del Fuego”, un término que nace por aludir el avivamiento del fuego del Espíritu Santo que experimentaba la iglesia de Valparaíso y de Santiago, tal como lo relata el libro de los Hechos en el Pentecostés.
Hoy en la actualidad es evidente la imponencia de ambas iglesias en nuestra sociedad, siendo ellas las más grandes en número e influencia.
Ese mismo año de 1909 llega a Chile el Ejército de Salvación, una denominación inglesa que se encarga de evangelizar y hacer el bien común alrededor de todo el mundo. Hoy esta iglesia tiene presencia en la educación de nuestra nación, con varias escuelas alrededor de nuestro territorio nacional. Es también un agente social de ayuda, con recintos de albergues y hogares de niños y ancianos.
El pueblo evangélico chileno siguió creciendo, y muchas son las iglesias que llegaron luego a nuestro país en el siglo XX, pero fue dentro del marco de la dictadura militar cuando las iglesias evangélicas alcanzaron un reconocimiento social importante, y símbolo de aquello fue la realización del primer Te Deum evangélico en el año 1975.
En el año 1999 es promulgada la ley “Igualdad de cultos”, la que se traduce en reafirmar el reconocimiento y promover el respeto para con la iglesia evangélica chilena. Y el día 10 de octubre del 2008, es promulgada la ley que establece como 31 de Octubre “El Día Nacional de Iglesias Evangélicas y Protestantes”. Y en esta fecha, porque un día 31 de Octubre de 1517 Martín Lutero publica sus 95 tesis, las que denuncian las malas prácticas del poder eclesiástico y hacen volver al hombre del Medioevo a las raíces puras del cristianismo, y ante su rechazo papal, dando lugar también a la creación de la iglesia protestante.
A las iglesias evangélicas pioneras en Chile, tanto las extranjeras como las gestada en nuestro país, en este día les recordamos, y no dejamos de agradecerles su inmensa labor, porque fueron ellas las que lucharon primeramente para alcanzar las libertas sociales y políticas que hoy gozamos, y que cada vez nos siguen abriendo más las puertas de nuestra sociedad.
Son ellas las que trabajaron arduamente por evangelizar esta nación, iglesias que se expandieron en sus expresiones más diversas y complejas que hoy pueden llegar a todos los gustos y estratos sociales. Fruto de ello las estadísticas nos dicen que el protestantismo en Chile se acerca actualmente al 20% de la población nacional.
Es verdad, la iglesia evangélica en nuestro país ha vivido todo un proceso, en algunos tiempos más involucrados en la sociedad, y en otros, menos visibles. Pero en todo tiempo Dios ha obrado, y ha estado trabajando en medio de su pueblo. Gracias damos a Dios que ha hecho todas estas cosas en nuestro país. Y gracias damos a Él, por lo que seguirá haciendo.
Hace 4 meses atrás vino a Chile el pastor Ricardo Rodríguez y su esposa Patricia de Colombia, a la catedral Jotabeche de Santiago, en una reunión masiva que se denominó “Avivamiento en Chile”. En ella, la pastora Patricia profetizó para Chile lo siguiente:
“Un nuevo avivamiento viene. Pero éste será diferente, porque este es un tiempo de unidad. ¡Basta ya de pensar cada cual con lo suyo! ¡Basta ya de pelear cada cual por lo suyo! Basta de ponerle límites y decir “esta es mi parte”. Es tiempo en que pongas tus coronas en el piso, y digas “Jesús; quiero compartir mi pan con mi hermano, quiero compartir mis dones con mi hermano, quiero compartir mi bendición con mi hermano”. Porque es así, donde ustedes van a ver un gran avivamiento, un mover diferente, que en todas las naciones, por la unidad, se conocerá. Dios traerá un amor especial entre ustedes, él traerá unidad, y lazos indestructibles. Aleluya.”
FILIPENSES 2:4-11
“No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Amén.”
Por Beverly Jofré Portales. 31 de Octubre del 2008.